Si fuera papel, mi sueño sería caer en las manos de Benja Harney y que me convierta en siluetas inolvidables como las que elegí o las bellezas que, por cuestiones de espacio, dejé afuera de esta selección. Es dificil explicar qué prevalece al contemplar su trabajo: infinito talento, infinita locura, precisión febril, sensibilidad estética. Todo junto compone una transmutación increíble, alquimia del papel con vocación de ser algo más.
